miércoles, 12 de diciembre de 2018
CAPITULO 40 (CUARTA HISTORIA)
Después de haberle hecho pasar por una de las mejores experiencias de su vida, Pedro observó cómo Paula se quitaba el resto de la ropa, y los dos se metieron bajo las mantas.
Aquella noche tuvieron una aventura erótica tierna, lujuriosa y muy gratificante. Probaron diferentes posturas, buscando nuevos modos de darse placer, y disfrutaron de todos ellos. Sin embargo, al final él la tendió en el colchón y juntos saborearon la forma más tradicional del sexo. Pedro se hundió en el cuerpo de Paula y mirándola a los ojos, le hizo el amor.
Juntaron las palmas de las manos y entrelazaron los dedos. Los cuerpos permanecieron unidos, y las miradas atrapadas.
Todo era perfecto en aquel mundo.
Lentamente, él se deslizó hacia delante y hacia atrás.
—Cuando estoy dentro de ti, tengo todo lo que necesito —murmuró Pedro—. No me hace falta nada más.
A ella se le llenaron los ojos de lágrimas.
—Me alegra oír eso.
—Pero soy humano —continuó él—, y a veces olvido lo que es importante para mí. Quién es importante. Pero entonces, me pierdo en ti y sé todo lo que necesito saber.
Ella lo miró con el rostro iluminado por la felicidad.
—Te quiero, Pau. Siempre te he querido, y siempre te querré.
—Oh, Pedro —musitó ella—. Yo también te quiero.
Él le agarró las manos con fuerza e incrementó el ritmo de sus movimientos.
—No podemos separarnos —dijo con un jadeo, y notó la primera contracción de Paula. En aquella ocasión, él estaría con ella.
—No nos separaremos.
—Entonces aférrate a mí, Pau —pidió él mientras empujaba más fuerte. Se permitió estallar justo en el momento en el que ella emitía un suave grito y se arqueaba contra su cuerpo—. Aférrate a mí —repitió Pedro, sin aliento.
Le cubrió la boca con los labios, mientras giraban juntos en el corazón de la tormenta.
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Ayyyyyyyyyyy, cuánto amor se lee en estos caps jajaja.
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