miércoles, 12 de diciembre de 2018

CAPITULO 37 (CUARTA HISTORIA)




Ella no había salido de detrás del biombo, pero Pedro se dio cuenta de que la suave nana había terminado. Quizá Olivia se hubiera dormido, finalmente. Quizá, por fin, pudiera hacerle el amor a Pau de nuevo.


Él terminó de secar los platos y miró hacia el biombo. El silencio lo animó. Y la idea de lo que se avecinaba hizo que tragara saliva.


Entonces, ella reapareció por encima del biombo, y sonrió. Oh, qué sonrisa. A Pedro se le había olvidado lo seductora que podía ser cuando se lo proponía.


—¿Está dormida? —preguntó en un susurro.


Pau asintió.


Pedro soltó el trapo de la cocina. Sosteniendo la mirada de Pau, se dirigió hacia la cama al tiempo que se desabotonaba la camisa. 


Entonces ella formó con los labios la palabra «espera».


Él se detuvo y arqueó una ceja. Ésa no era la palabra que necesitaba en aquel momento. 


Quería oír un «sí».


Pero ella se dio la vuelta y él se preguntó si Olivia todavía necesitaría que la arrullaran. Tendría que esperar, porque una vez que comenzaran con aquello, no podría parar, ni aunque Olivia se despertara de nuevo.


Entonces Paula se volvió a mirarlo con las mejillas sonrosadas.


—Ya está —dijo, y salió de detrás del biombo.


Él estuvo a punto de desmayarse.


Los vaqueros y la camisa habían desaparecido. 


En su lugar había un camisón corto de encaje negro que dejaba desnudas sus piernas. Tenía unas piernas fantásticas. Aunque aquella presentación era un poco exagerada, él no tenía queja. No sabía cuándo ni dónde había conseguido aquel camisón transparente, pero esa imagen viviría en sus fantasías para siempre.


El tejido fino y ajustado se ondulaba a cada paso que Paula daba hacia él. Tenía un montón de lacitos por delante que había que desatar. A él le encantó. La quería por haberse tomado la molestia de convertir aquello en un momento increíble.


—Guadalupe y yo hicimos una excursión relámpago a Colorado Springs —dijo con cierta timidez—. ¿Te gusta?


—Oh, sí —respondió Pedro con voz ronca—. Mucho. Y después de todo este esfuerzo, espero que no te ofendas si te lo quito ahora mismo



No hay comentarios:

Publicar un comentario