jueves, 25 de octubre de 2018
CAPITULO 20 (PRIMERA HISTORIA)
Pedro estaba agotado cuando por fin se subieron al coche para regresar a casa. No habían conseguido que Olivia dejara de llorar.
Cuando le contaron a Noelia que se habían olvidado el biberón, la dependienta les sugirió que compraran un chupete. Eso ayudó, pero Olivia lo escupía de vez en cuando y continuaba llorando.
Al final, salieron de la tienda con un cambiador, una cuna, un mono para entretener a la pequeña, una bañera de plástico, un pato de goma y un mono de trapo.
Paula se sentó detrás con Olivia y trató de mantenerla entretenida con el mono durante el trayecto de regreso a casa. La pequeña necesitaba comer y que le cambiaran el pañal.
—Yo tenía un mono como éste —dijo Paula.
—Yo también, pero eso no significa que tuviéramos que comprárselo. Una cosa es comprar lo básico, pero si empezamos a comprarle juguetes es que estamos pensando en que se quedará mucho tiempo.
Pedro deseaba que aquello terminara. Ni siquiera había sido capaz de llevar un biberón por si le entraba hambre. Y no podía culpar a Paula. Jesica le había dejado a la niña a él, así que era su responsabilidad asegurarse de que tuviera comida y de que llevara el pañal limpio. Jesica había confiado en él porque estaba metida en un lío y él la estaba decepcionando.
—¿Qué tal te ha ido con Guadalupe? —preguntó él.
—Bien. Se muere de curiosidad, pero le he dicho que se lo contaría todo en cuanto pudiera.
—Ya.
—Cree que el bebé es tuyo. Pero Guadalupe no es de las que cotillea.
A Pedro empezaba a dolerle la cabeza.
—No, pero eso no importa. Noelia lo hará. Y tal y como hemos salido de la tienda, cargados con montones de cosas para bebé, sólo nos faltaba haber puesto un anuncio en el Huérfano Register. Nos vieron cuando pasamos por la peluquería y Julio estaba abriendo el Buckskin cuando pasamos por delante. También nos ha visto, así que todo aquel que vaya a tomar una copa esta noche sabrá la historia.
Pedro trataba de convencerse de que no le importaba lo que pensara la gente, pero no era verdad. Tenía cierta reputación en el pueblo y no quería ser el centro de los comentarios.
Cuando llegaron a la casa, comenzaba a nevar. Paula sacó a la niña de la sillita y se la entregó a Pedro. Nada más bajar ella, Pedro se la devolvió. Paula no se quejó, comprendía que no era el momento de discutir.
—Le cambiaré el pañal si le preparas el biberón —dijo Paula.
—De acuerdo, pero tengo que descargar todo esto antes de que nieve más. Lo haré deprisa. Aquí está la llave.
—Date prisa —dijo ella y se dirigió hacia la puerta.
—Sí. Ah, ¿Paula?
Ella se volvió con la niña en brazos.
—¿Qué?
—Eres una joya por hacer esto por mí.
Ella sonrió.
—Lo soy.
Al ver su sonrisa, la deseó más que nunca.
En el último viaje sacó al mono de trapo del coche. Al agarrarlo, lo invadió la nostalgia.
Recordó que el suyo se llamaba Bruce y que lo había amado con locura. Se alegraba de que Paula hubiera insistido en comprarlo. Olivia debía tener un mono de trapo.
También debía tener un padre y una madre, porque él sabía por experiencia que un mono de trapo no reemplazaba tal cosa.
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Me encanta cómo cuidan de Olivia. Buenísimos los 3 caps.
ResponderEliminarDios, cada vez se pone más interesante la nove😱 amo como cuidan de Oli🎀 subí más plis💥
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