domingo, 4 de noviembre de 2018

CAPITULO 17 (SEGUNDA HISTORIA)




Pedro no llegó a llamar al médico a pesar de que estuvo a punto de hacerlo un par de veces. 


Pero finalmente, hacia las cuatro de la mañana, Oli parecía estar mejor. Ya no estaba tan caliente y tosía menos.


—Veamos qué pasa si la acostamos un rato —dijo Paula, y la colocó en la cuna.


La pequeña cerró los ojos. Respiraba con normalidad.


—Menos mal —murmuró Pedro.


—Creo que lo hemos conseguido —-dijo Paula—. Salgamos de aquí y veamos si sigue durmiendo.


—Sal tú. Yo voy a quedarme un rato más para asegurarme de que no empieza a toser otra vez —había perdido la cuenta de cuántas veces habían tenido que volver a subir porque Oli empezaba a toser.


Habían hecho turnos para entrar con ella en el baño lleno de vapor, y el papel de la pared empezaba a caerse a causa de la humedad.


Pedro había tenido mucho cuidado y se había puesto la camiseta cada vez que salía del baño. 


Ella seguía vestida, por supuesto, pero cada vez que salía del baño con la blusa pegada a los senos, él tenía que darse la vuelta para no perder el control.


—¿Quieres más café? —susurró desde la puerta.


—No. A este paso estaré despierto toda la semana.


—Puedo preparar un poco de tila.


—Gracias, pero no me gustan mucho las infusiones.


Ella sonrió.


—¿Un chocolate caliente?


—Puede —«cielos, es preciosa». El vapor había hecho que se le alisara el cabello y la melena negra le llegaba hasta los senos. Él sabía qué era lo que quería, y desde luego no era un chocolate caliente—. Veamos si sigue durmiendo.


—Estaré abajo.


Pedro la observó marchar. Se moría por abrazarla, pero tendría que superarlo.


2 comentarios:

  1. Ahhhhhhhhhhhhh, cómo están sufriendo por no querer ceder los 2. Está buenísima esta historia.

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  2. Muy buena la historia! Se sacan chispas estos dos!

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