CAPITULO 33 (CUARTA HISTORIA)

Tal y como Pedro había sospechado, Jim no sabía cómo hacer un trabajo adecuado en la cabaña, así que había llamado a Sergio Burnham. Le había pagado una enorme suma para que se desplazara a Colorado y había pasado tres días con él en la cabaña, montando el sistema de seguridad.


—Esto es lo mejor que te puede ofrecer la tecnología —dijo Sergio, cuando por fin terminó—. Pero no sirve de nada si se te olvida encenderlo. Así que acuérdate de ponerlo en marcha.


—Lo haré —prometió Pedro.


Pero mientras llevaba a Sergio de nuevo al rancho en la camioneta de Sebastian, no estaba pensando en el sistema de seguridad. Estaba pensando en la cama doble de la cabaña, en la que había puesto sábanas limpias. Y estaba pensando en los demás preparativos que había hecho. Había construido un biombo para tener privacidad en la única habitación de la cabaña. 


Había puesto flores en un jarrón y acumulado infusiones porque sabía que probablemente, Paula estaba harta de café.


Estaba pensando en el día siguiente, cuando Paula, Olivia y él estuvieran en la camioneta de Sebastian, de camino a la cabaña. Y tenía la esperanza de que Olivia durmiera su siesta habitual de dos horas.