jueves, 1 de noviembre de 2018

CAPITULO 7 (SEGUNDA HISTORIA)




Pedro no se tomó la negativa de Paula de manera personal. Y como era un experto en el tema de mujeres, ni siquiera creyó que fuera cierto. Había notado que Paula se había puesto a temblar cuando él le hizo la propuesta y que había tenido que esforzarse para decirle que no con la cabeza.


Además, tenía las pupilas dilatadas, la piel sonrojada, la boca entreabierta y la respiración acelerada. Quizá dijera que no con la cabeza, pero el resto de su cuerpo gritaba un sí.


Sin embargo, aquél no era el momento de tocarla. Tampoco el de cuestionar su decisión.


—De acuerdo —murmuró él—. Lo respeto.


—¿Lo harás? —preguntó ella con decepción en la cara.


Él se mordió la lengua para no reírse.


—Por supuesto. ¿Qué clase de hombre crees que soy? Te he hecho una propuesta y no estás interesada. No voy a hacer el idiota.


Ella dio un paso atrás.


—Eso está bien. Porque lo habrías hecho si hubieses seguido insistiendo —se pasó la mano por el vientre como para tranquilizarse—. Me alegro de que lo hayamos aclarado.


—Sí. Me gusta saber dónde piso.


Sus ojos miraban con nostalgia, pero Paula apartó la mirada.


—Ahora ya lo sabes —le dijo—. Será mejor que vaya a ver a Maria por si necesita algo.


—Muy bien.


—¡Pedro! —una mujer lo llamó desde la otra punta—. ¡El próximo baile es para mí!


Pedro se volvió al reconocer la voz de Donna.


—¡Por supuesto! —contestó él.


Cuando se volvió, Paula se había marchado.




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