martes, 30 de octubre de 2018

CAPITULO 34 (PRIMERA HISTORIA)




Guadalupe y Paula condujeron hasta Leaning C en silencio. Cuando Guadalupe detuvo el coche frente a la casa, se volvió para mirar a Paula.


—¿Estás bien?


Paula estaba convencida de que no se recuperaría jamás, pero harta de ser la pobrecilla Paula, respiró hondo y dijo:
—¿Hace cuánto tiempo que no vas a bailar?


Guadalupe aceptó la idea con entusiasmo y animó a Paula para que se vistiera con sus mejores galas. Después, fueron a casa de Guadalupe para peinarse y maquillarse. Así, cuando entraron en Buckskin, todos los hombres se fijaron en ella.


Paula no había estado allí desde que murió Benjamin, pero el sitio no había cambiado nada. La misma pista de baile, la misma iluminación y el mismo olor a cerveza.


—Estás estupenda —murmuró Guadalupe mientras se acomodaban en una mesa cerca de la pista—. Todavía tienen la lengua fuera.


—Es que han descubierto que tengo piernas. No puedo creer que me hayas cortado la mejor falda que tenía. Apenas cubre lo imprescindible.


—Ésa es la idea. Quizá pasen mucho rato mirándote las piernas, pero también se fijarán en cómo te he maquillado.


—Creo que te has pasado.


—Te aseguro que estás preciosa.


—Me siento rara con éste peinado. Es como si tuviera mucho pelo.


—También te queda muy bien. Voy a enseñarte cómo se utilizan las tenazas para que puedas peinarte sola. Los cabellos cómo el tuyo necesitan volumen.


—Llevas años deseando peinarme y maquillarme, ¿a que sí?


—Sí.


—Gracias, Guadalupe. Por tratar de que me olvide de... Bueno, ya sabes.


—Lo sé —miró a una pareja de vaqueros que se acercaba a la mesa—. Me temo que hay alguien dispuesto a ayudarme en ello.


Paula se puso tensa. Se había sentido bien con el hecho de que todos los hombres la miraran, pero no estaba segura de cómo se sentiría si alguno de ellos la tocara. Había ido allí a divertirse y no podía echarse atrás.


Se volvió hacia los hombres y vio que uno de ellos era Claudio. Hizo un esfuerzo y lo recibió con una amplia sonrisa. Era el momento de continuar con su vida



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